Los trastornos de conducta pueden afectar seriamente la vida diaria de un niño. Los niños muestran patrones continuos de comportamiento desafiante y poco cooperativo.

Sus respuestas a las figuras de autoridad van desde la indiferencia hasta la hostilidad. Su comportamiento frecuentemente impacta a quienes los rodean, incluidos maestros, compañeros y miembros de la familia.

Un niño o adolescente puede tener dos trastornos al mismo tiempo. Otros factores exacerbantes pueden incluir problemas emocionales, trastornos del estado de ánimo, dificultades familiares y abuso de sustancias.

Algunos de los comportamientos típicos de un niño con estos trastornos son:

  • No obedecen a los padres u otras figuras de autoridad
  • No les gusta ir a la escuela
  • Tendencia a consumir drogas, incluidos cigarrillos y alcohol, a una edad muy temprana
  • Falta de empatía por los demás
  • Ser agresivo con los animales y otras personas o mostrar comportamientos sádicos, incluido el acoso y el abuso físico o sexual
  • Gusto por iniciar peleas físicas
  • Mienten frecuentemente
  • Comportamiento delictivo como robar, prender fuego deliberadamente, allanamiento de morada y vandalismo
  • Una tendencia a huir de casa
Los trastornos de conducta pueden ser difíciles de diagnosticar. Esto se debe a que los niños y adolescentes que viven con ansiedad, depresión, estrés crónico y otras afecciones pueden comportarse de manera que parezca un trastorno de conducta. Estos comportamientos pueden estar asociados con otra condición. Un médico neurólogo pediatra es el que puede ayudar a observar síntomas y diagnosticar este problema, por eso te invitamos a llamar al experto: Dr. Martín Patiño Segura.